Si quitamos la, también discutible, "originalidad" de hacer algo nuevo, nada en esta bitácora tiene un mínimo de coherencia o interés más allá de una cuantas notas llenas de faltas de ortografía, una pésima gramática y un diseño que le sería fácil de superar a cualquiera de los niños que anuncian pañales.
La mayoría de lo que escribe Borjamari, nombre ya de por sí ridículo, no es sino un cúmulo de opiniones sin fundamento de uno que se ha creído que puede criticar todo lo que le venga en gana amparándose en el anonimato, con un tono paternalista tan poco convincente que solo alguien con la autoestima por los suelos podía entrar a su trapo.
Por mucho que se escude en "opiniones personales" no puede evitar que estas sean poco verosímiles, además, su selección de bitácoras deja mucho que desear, reduciéndose la mayoría de las veces, solo a machacar sin piedad y de una manera estrafalaria las que aspira a intentar reseñar.
En fin, un estrafalario blog, algo siniestro, con unos comentarios demasiado parciales y un conjunto de estética burda con muy poquitas cosas que aportar.
Calificación:
Borjamari