P. Jorge o como convertirse en un maestro del "quiero y no puedo".
Hay cosas para las que uno, por más que se prepare nunca podrá llegar. Aunque cierta moral nos vendió la burra de qué "querer es poder", bechman solo hay uno y por mucho que alguien quiera, le pongas ganas y le dediques esfuerzo, no todo el mundo puede llegar a, por ejemplo, astronauta si no posee unas mínimas cualidades innatas.
Pedro Jorge, nombre de culebrón venezolano donde los hubiere, (casi tanto como el hortera de "borjamari") es la prueba más evidente de que para aspirar a ser "alguien" a la hora de escribir no solo sirve el intento entusiasta, sino unas cualidades consustanciales de las que carece totalmente.
Lo intenta, eso si, lo intenta de una manera que a veces raya el patetismo, cualquier artículo de prensa con el que el considera que se puede lucir, es diseccionado con una pedantería de salón que da pena, sus comentarios de libros se quedan en meras caricaturas con menos registros que el tetris de la gameboy y sus patéticos mensajes autoafirmativos, alabándose el mismo a si mismo, la cantidad de visitas que llegan a su página resulta, como poco, penosos.
No se salva ni el diseño, completamente incomodo, en esta bitácora de un crítico de todo, que no llega ni a mediocre, teniendo que ajustar hasta el tipo de letra. Eso sí, como en cualquier intelectual didáctico que se precie, no faltan los tan socorridos párrafos en inglés, sin traducir por supuesto, y las constantes citas a autores a los que solo conoce su familia pero que dan el imprescindible toque pedante de cualquier aspirante a columnista que se precie.
Una "contextomia-si-se-me-permite", cambiemos el subtítulo por "cosas que muy probablemente no le interesen ni a él". ¿Se lo creerá de verdad o todavía conserva una pizca de realismo y se está quedando con el personal?. Dificil de saber a ciencia cierta, le debería de bastar reeler cualquier post para darse por enterado de que no le dejarían escribir ni en la hoja parroquial, pero nunca se sabe, la autoconfianza suele ser muy jugetona. "Cuestión de usabilidad".
Pedro Jorge, nombre de culebrón venezolano donde los hubiere, (casi tanto como el hortera de "borjamari") es la prueba más evidente de que para aspirar a ser "alguien" a la hora de escribir no solo sirve el intento entusiasta, sino unas cualidades consustanciales de las que carece totalmente.
Lo intenta, eso si, lo intenta de una manera que a veces raya el patetismo, cualquier artículo de prensa con el que el considera que se puede lucir, es diseccionado con una pedantería de salón que da pena, sus comentarios de libros se quedan en meras caricaturas con menos registros que el tetris de la gameboy y sus patéticos mensajes autoafirmativos, alabándose el mismo a si mismo, la cantidad de visitas que llegan a su página resulta, como poco, penosos.
No se salva ni el diseño, completamente incomodo, en esta bitácora de un crítico de todo, que no llega ni a mediocre, teniendo que ajustar hasta el tipo de letra. Eso sí, como en cualquier intelectual didáctico que se precie, no faltan los tan socorridos párrafos en inglés, sin traducir por supuesto, y las constantes citas a autores a los que solo conoce su familia pero que dan el imprescindible toque pedante de cualquier aspirante a columnista que se precie.
Una "contextomia-si-se-me-permite", cambiemos el subtítulo por "cosas que muy probablemente no le interesen ni a él". ¿Se lo creerá de verdad o todavía conserva una pizca de realismo y se está quedando con el personal?. Dificil de saber a ciencia cierta, le debería de bastar reeler cualquier post para darse por enterado de que no le dejarían escribir ni en la hoja parroquial, pero nunca se sabe, la autoconfianza suele ser muy jugetona. "Cuestión de usabilidad".
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- SÍ: Si crees que la calidad debe de ser abstracta porqué sólo unos cuantos elegidos están llamados a entender el Arte con mayúsculas.
- NO: Si nunca te han gustado los estilos bizarros o te irritan todos los que juegan a considerarse importantes al precio que sea.
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