La nueva caida de blogalia o como, casualidades, las justas
Si hace algunos días saludábamos el regreso de esta "comunidad" a la que algunos llaman ya "la guadiana", una nueva y extraña caída de su servidor, justo cuando los abandonos y las luchas internas son más fuertes, ha vuelto a poner de manifiesto que los hechos casuales no suelen ser una explicación muy convincente ante ciertos temas.
Han sido solo unas pocas horas de "apagón", pero suficientes para poner en evidencia problemas que no parece que acaben de solucionarse definitivamente.
A pesar que desde la "atalaya" se intente lavar imagen a toda prisa, por medios que rayan el ridículo, los últimos post son un compendio de gritos autoanimandose más propios de una peña ultrasur que de una bitácora que se tiene por seria ( lo del "emparejamiento" es de un patetismo extremo), no faltan voces que, por supuesto en privado, ("su" espacio está en juego), empiecen a estar cansados y profundamente preocupados por el futuro de algo en lo que creían de verdad.
Atrapados por la aparición de nuevos portales que les restan un protagonismo al que estaban acostumbrados, o ver como cualquier bitácora recién llegada les triplica en número de visitas, ellos que siempre se habían autoconvencido que su bajo número de visitantes se debía a los pocos lectores en general de los blogs y que, dentro de su egocentrismo, nunca se les había ocurrido pensar que la gente no los leía por lo aburridos y plastas que resultaban sus post, empiezan a despertarse y darse cuenta que no sólo no son el centro del universo sino que apenas se han convertido en un espacio residual dentro de un mundo en constante actualización y crecimiento.
Esta nueva caída, que por suerte (crucemos los dedos) se ha solucionado mucho más rapidamente que el "apagón" de hace unos días, ha puesto otra vez en el candelero la inestabilidad en el mundo de las bitácoras de todo comportamiento sectario dónde la única consigna es honor y gloria al "dios" de turno para que este pueda presumir de su "obra" y pegar el salto hacia misiones más elevadas.
El daño con tanto "funciono-no funciono" que se está haciendo a las muchas y algunas muy buenas, bitácoras allí alojadas es, por mucho que lo intenten disimular, irreparable.