Perdido en la ciudad o como la inteligibilidad realista está al alcance de unos pocos privilegiados.


Y uno lee y se imagina la corriente eléctrica bajando hasta el estómago dejando su carga de protones (sic) por cada uno de los nervios y uno no tiene más remedio que identificarse inmediatamente.

¿Qué tendrán las bitácoras hiperrealistas para quemarnos con un simple de sus roces?... pues está claro.. "protones"

Perdido en la ciudad es un eco de angustia en la abolida impostura de su tiempo, unos jirones de precarias palabras que su autor no escribe como se escriben, sino como ningún otro más que él mismo podría haber escrito... una perfecta loa a las tablillas del día diario.

Poesía sonámbula en la que no se esconde la mágica intemperie del hocico del animal sagrado que respira el mito, entrelazados por las curvas de los pensamientos en busca del deseado vaticinio.

Y, aunque el preclaro clamor de los textos no haría necesaria ninguna explicación, fernando subraya esa leyenda cotidiana que son sus post, con un blog de fotografías dónde cualquier lector quedará epatado por esos "pieses" que las acompañan y que nos harán llegar al orgasmo por la dignidad luminosa de la imaginación: "quizá no sea tan mala idea la de estar tirado como un perro.".."las ramas del saúco tienen un corazón que se vacía para entregar música cuando soplas por ellas..."

Si no puedes con tu vida, si crees que nada tiene sentido, sí la desesperación te lleva por las altas cornisas de la falta de tiempo para pensar, no te lo pienses más, sumérgete en la existencia ontológica de esta bitácora.

Si los extremos se tocan algo tan malo como esto tiene que haber sido escrito por un verdadero genio.


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