Semos fabulosas o como los labios de esther cañadas deben de tener vida propia

Y es que soy muy bruto y no hago caso a mis mayores, esos que ca-canaliza a-analizan y te-teorizan sobre las vital, decisiva, absoluta, concluyente, irrefutable y axiomática influencia que tienen los blogs en la sociedad moderna; mira que me lo había repetido veces: las bitácoras y el mundo no es que sigan caminos paralelos, es que son una unidad de destino en lo universal, uno y trino, indisolublemente unidos por los siglos de los siglos.

Ha tenido que ser por mi mismo, como el santo tomas ese, pero por fin he encontrado la luz, ¡aleluyaaa!, por fin he logrado encontrarle la utilidad a las bitácoras. Desde que almodovar retratara a un ama de casa adicta al minilip, suegra bebedora excesiva regular de agua de vichy, marido taxista y vecina puta en ¿que he hecho yo para hacer esto?, nadie como semos fabulosas para descubrir el mundo de las marujas tecnológicamente activas.

Eso si, los tiempos adelantan una barbaridad y ellas no van a ser menos, que si antes les servía un cursito de macramé para pescar un marido de esos buenos, buenos, buenos, que van de casa al trabajo y del trabajo a casa y te sacan los domingos a tomar una cañita después de misa de doce, ahora no tiene más remedio que apuntarse a un curso intensivo de ofimática para aprender todo eso de los emailes y los emeeseene y así poder desenvolverse en la interne esa, y cambiar las visitas al ambulatorio a por las recetas de las pastillas para la artrosis y las apasionantes discusiones en la cola del pan sobre lo bueno que está el humberto janeiro para la edad que tiene, por el chateo y el bitacoreo, que marujear tambien puede tener su puntito tecnológico.

Que con esto de la influencia megagaláctica que tienen las bitácoras cualquiera con una pone tres post hablando de los colores de esta temporada, y cuatro comentarios que empiecen por ja, ja, ja, y puede aspirar a ser contertulia de maria teresa campos -el corrillo somos todas- o una chica cosmo con el cardado, el taconcito de andamiaje y la fajita-pantalón, esa que pone las tetas en la barbilla, y de ahí a la eternidad, que quien sabe, que para eso por mucho que le pese al peñafiel y su cruzada antileti, ella nos ha abierto a todos una autopista de esperanza, siendo un poco mona y algo superlista se puede llegar a reina y eso teniendo un abuelo taxista y una madre "sindicala".

Semos fabulosas está en ello, las nuevas marujas de diseño, visitantes habituales de los todo a cien y candidatas sin escapatoria a la corporación dermoestetica son el futuro, y la bitácora, su mejor arma.

Para que luego alguien dude de su vital, decisiva, absoluta, concluyente, irrefutable y axiomática influencia de los blogs en el mundo mundial, que se lo pregunten a las marujas..



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