o como las apariencias engañan... y mucho
Una noche quedé por internet con una desconocida, me dijo que estaba buenísima y que tenía 18 años, cuando apareció por casa resultó que había cumplido los 40 y pesaba casi 100 kilos. Echarla fue todo un drama.
El chat ha causado furor como forma de relacionarse pero eso no le ha librado de su principal defecto: la mentira, poco a poco nos vamos acostumbrando a ver como normal dialogar con una estrella del rock de 1,80 cuando en realidad es un tio de 60 años que trabaja de aparcacoches.
Los de bitácoras no escapan a este tipo de desilusiones, aquí lo importante no es tanto el tamaño de ciertas prominencias anatómicas como la posible bitácora que pueda haber detrás de un nick, así, uno, ingenuo como es, piensa: si este nick se las ha ingeniado para poder estar veinte horas seguidas en el canal sin tener que levantarse ni para mear, su bitácora debe de ser el
ciudadano kane de los blogs... por lo menos.
¡Y hale!, con cierta timidez preguntas la url y los ojos se te disparan:
articulos de opinión , ¡pedazo de título!, seguro que con semejante encabezamiento no encontrará uno disquisiciones filosóficas sobre el color que le va a poner
sonse z.p. a la pared de la caseta del perro ahora que se ha mudado a la moncloa, ni profundos y sesudos debates sobre quién le ha dicho a mi leti que se ponga esa faldita por la media rodilla para parecer la hermana monja de fabiola de bélgica, que para eso una buena reina, y más siendo futura, es un pelo a lo beatriz de holanda, una cara lavada, unas cejas sin depilar, un vestidito con plisados y un broche incombinable... lo demás moderneces ¿Dónde se ha visto una reina sin laca y sin moldeador?
Pero el chat vuelve a aplicar su ley de la mentira y la desagradable realidad se impone. Ni nick perpetuos ni títulos inteligentes que valgan, el blog es una sucesión inacabable de post ñoños y rebuscados, mal estructurados, vacíos de planteamiento y contenido y plagados de elucubraciones adolescentes de una pretenciosidad infantiloide empalagosa y que encima, el autor intenta contarnos sin la menor noción de lo útil, y beneficiosa que puede llegar a ser una elipsis, -suponiendo que sepa que esa palabra exista, algo que parece poco probable-.
No ha pasado un minuto y surge, tontamente la pregunta: ¿y por qué se titula así?, ¿será por aspirar al
"!-- %blogalia.title -- ;)" puesto en marcha por nuestros dioses?, nada que ver el estupendo título con el pésimo contenido. Unas cuantas líneas bastan para reafirmar la certeza de haber caído en una encerrona, como cuando tienes que soportar estoicamente el vídeo caprichoso y narcisista de ese pariente o amigo que te ha invitado a una cena sin haberte advertido de tamaña penitencia inmerecida.. y encima ponerle tu mejor sonrisa y decir eso tan socorridamente hipócrita de.. "pues esta muy bien grabado, te lo debiste de pasar muy bien..."
Al final habrá que darle la razón a bacon cuando negaba vigorosamente que la vida tuviera un significado concreto, "venimos de la nada", solía repetir a modo de dogma de fe "y vamos hacia la nada", concluía aupando levemente los hombros en señal de resignación... y eso que no había leído los
artículos de opinión