Raro es el día que no amanecemos con la noticia de un nuevo caso de maltrato, muchas veces con resultado de muerte. Si hacemos caso a hobbes, el ser humano es agresivo desde antes de nacer; lo lleva en los genes. De la misma opinión son freud, lorenz y hasta el mismísimo fromm que en sus estudios siempre ha mantenido el concepto patológico de la agresión; es decir, la violencia.
Y es que estamos ante dos conceptos distintos aunque muy relacionados: todo el mundo es agresivo, pero sólo unos pocos son violentos. La agresividad es un rasgo biológico del ser humano y constituye una herramienta al servicio de la supervivencia de la especie, que sin esta característica, no hubiera podido evolucionar ni perpetuarse como tal, la agresión es la expresión en la conducta de códigos cerebrales heredados que permiten la supervivencia, mientras que la violencia es una expresión patológica o enferma de la agresión.
El cerebro humano ha evolucionado. Del que compartimos con los reptiles ha pasado al de los mamíferos y, por último, al del homo sapiens. El cerebro reptiliano es el de los instintos, el depredador; el de los mamíferos, de las emociones, los afectos y las carencias, y el del homo sapiens, caracterizado por el desarrollo de la corteza cerebral, el de la lógica y el razonamiento. Son, respectivamente los cerebros rojo, amarillo y azul de los que hablaba lamote de grignon.
La violencia en general y la doméstica en particular no son más que reflejos de la sociedad que estamos fabricando o ayudando a fabricar día a día: insolidaria, que permite y justifica valores sociales aberrantes, que se deja manejar o influir por ideas poco menos que patológicas y consignas de iluminados.
Y en medio de esta actitud de tolerancia social hacia los comportamientos agresivos, aparece una bitácora, que hasta
se duplica, para verter demagógicas consignas, tan radicales y fundamentalistas como aquellas que pretende denunciar.
Está muy bien jugar con los blogs a políticos frustrados, a poetas baratos, a novelistas con ínfulas de premios nobel, o hasta a críticos seniles con la mayor de las desvergüenzas, pero hay ciertos temas que son, o deberían de ser, demasiado serios como para que una torpe, desmañada y chapucera bitácora, los manipule y los toquetee sin ningún tipo de rubor, ni de rigor, a través de cuatro noticias que lee en el periódico.
Y los femicidios, es uno de ellos, el motivo del weblog no puede ser más justo, el weblog, en cambio, no puede ser más infumable.