Dedicar un weblog para hacer apología, exaltar, promocionar y hasta adorar a ese producto lobotomizado, cancionero de barbacoa, hoy por suerte caído en desgracia, que se llamó "operación triunfo", no deja de producir esa cierta ternura que provocan todas las causas perdidas.

Pero a pesar de que sigamos perpetuamente bombardeados por alguno de esos aspirantes a cantarines "destrozaversiones" apoyados por lo más "selecto" de la industria musical española, portada de todos los "prisas" incluidos, el tiempo corrompe, malea y olvida, sobre todo olvida, y lo que fue un glorioso fenómeno hortera, ha acabado en lo peor que puede caer algo así: en la indiferencia.

Quizá por eso despierte esa simpatía alguien que pierde su tiempo en recopilar toda la información, por cierto exahustivamente buena, de algo que fue pero que ya no es. No deja de tener su merito que sea capaz de estar al tanto de un montón de nombres, citas, y vidas varias con sus correspondientes cotilleos de los que ya la mayoría no han oído hablar nunca y lo haga con la devoción de quien está convencido que aquello pueda interesar a alguien.

Una buena demostración de que siempre quedarán utópicos, hasta de las causas más bobas.

Hay muchas formas de entender la vida y casi todas son aceptables, hay muchas formas de entender la música y cada uno puede elegir, el masoquismo es una opción como otra cualquiera.