Era de esperar, los datos (todo lo discutibles que se quieran), sólo corroboran lo que el sentido común hacía esperar: un acercamiento lento, pero continuo e imparable, de muchos de los que empiezan a trastear por internet, a las bitácoras y que se está traduciendo en un incesante
aumento en el número de visitas, especialmente a los blogs más consolidados.
Si hace un año apenas uno o dos podían presumir de acercarse a los mil visitantes diarios, ahora son ya legión los que se acercan o sobrepasan sin ningún complejo,
las miles de visitas diarias.
Algo para celebrar, sin duda.
Y como todo proceso en expansión, empiezan a aparecer las victimas en el camino, (cosas de la selección natural) Si hace poco "lamentábamos" la espantada de
uno de los más activos apólogos de esta cosa, reconvertido ahora en un fiero y acérrimo
apologista de justo todo lo contrario, ahora nos toca reseñar el enésimo parón, (a decir verdad poco creíble a estas alturas), de uno de "nuestros"
miembros más "afanosos" en este micromundo.
El
primer caso fue de manual, la ingenuidad en la búsqueda de un hipotético poder e influencia, hizo que su protagonista se emborrachara de un unánime espíritu corporativista y sucumbiera al típico y tópico elogio "
eres uno de los nuestros", "
que grandes somos", "
cuanto nos queremos y nos apreciamos" mientras recibía palmadas en la espalda. Se lo creyó, perdió la realidad y cuando se dio cuenta de que no era más que otro juguete roto en medio de una competencia de intereses, se pegó el batacazo.
Lo de
algernon es una historia más "económica", vendedor de humo en forma de visitas (siempre presumió de estar entre los más visitados cuando, incluso con doble contabilidad y con google rondando ya por blogalia, apenas logra mantener una modesta posición, se ha paseado por las bitácoras como un elefante en una cacharrería; pocas veces alguien lo ha tomado en serio y era opinión general que lo que él consideraba como "su" talento y "su" genio, no era más que un grado de habilidad, destreza, astucia u oficio (y eso con mucha manga ancha), para intentar ganar dinero a cualquier precio.
Desde hacía unas cuantas semanas sus post son, y cada vez más, una sombra de lo que fueron, sin embargo, imbuido de esa nula autocrítica que nos caracteriza, seña de identidad "blog" donde las haya, cada cual se cree inocente, irresponsable o incapaz de fallos o desidias, mera víctima propiciatoria de los demás, sean poderosos o les corroiga la envidia porque ya quisieran ser tan buenos: la culpa es siempre ajena.