Nos cuentan que...
Fue a finales de noviembre del año pasado cuando me hicieron el ofrecimiento para escribir lo que quisiera y cuando quisiera en "borjamari". Dije que sí. Tan sólo les comenté algo así como "coño ¿pero sois vosotros?, estáis locos ¿o qué?"
Visto ahora, este, mi primer aniversario por aquí, ha sido duro. No habían llegado las navidades y a pesar de que la bitácora que había empezado en junio ya estaba más que consolidada, no pasaba un día sin que los pocos amigos que sabían de mi pertenencia a esta panda de locos me llamaran para hacerme la eterna pregunta: "Pero ¿cuándo cierra borjamari?"
Otros directamente no me preguntaban, me aseguraban que el cierre se iba a producir antes de un mes, o de una semana, o incluso de la siguiente jornada. Yo siempre respondía lo mismo: "tranquilos, que ya queda menos para el cierre".
Recuerdo que abrían mucho los ojos y me miraban sorprendidos al tiempo que decían: "entonces ¿es verdad"?
Tenía que explicarme: "pues claro que es verdad, "borjamari" tienen hoy un día menos de vida que ayer y, por lo tanto, está más cerca de la desaparición. Lo mismo que que tú, que hoy te queda un día menos de vida que ayer. ¡Chico, alguno hasta se tomó a mal que le recordase esta evidencia!
Hoy es un placer seguir aquí, ya no soy el último incorporado y hasta he dado la bienvenida a algunos de los que me hicieron esas preguntas. Y, hoy, por el simple y difícil hecho de haber logrado esa discreción absoluta de todos cuantos hacemos "borjamari", hay que felicitarse.
Es toda una lección de como, todavía, se puede confiar en la gente.
Mi "filosofía", que jamás me pidieron cuando empecé a escribir aquí, siempre ha sido la misma, leemos bitácoras para divertirnos, para pasarlo bien, no lo hacemos para que nos den sustos, lecciones o disgustos. No las leemos para que nos cuenten hechos dramáticos en vivo y en directo, que nos repugnaran, nos angustiaran o nos dejaran una imborrable señal.
Los blogs no deben de estar para eso, sino para "trascender" a todo eso, mental y sensorialmente. Todo lo que cabe en la vida cabe en una bitácora pero transformada por la siempre particular visión de su autor. Por esta causa ni el más crudo realismo personal -con aires de docudrama- es realidad para el resto, ni puede serlo. Todo es artificio, y mientras no entendamos los blogs como un divertido pasatiempo y nos empeñemos en disfrazarlo de "trascendental", (aunque sólo sea como una mera estrategia personal para ser "alguien"), no nos tomarán en serio.