Oficina de objetos perdidos o cuidadooo, se acerca el estilismo cataclísmico neopostmoderno.. y olé
¿Pero de qué va este blog?.. cualquier ingenuo que caiga por esa página se lo preguntará después de intentar, si es capaz de atreverse en tan arriesgada aventura, leerlo.
Y sus respuestas no serán, ni mucho menos, clarificadoras.
Sus post son un rabioso modelo de pensamientos "pensados", de profundidades profundas, de inigualables e insondables elucubraciones, como muy bien dice en una de sus frase antológicas: "mi meta siempre es llegar a una meta, justamente para borrar esa meta".
Y es que lo suyo no son post, son verdaderos dossiers filosóficos (su "la ciencia del arte y viceversa" no tiene desperdicio), a medio camino entre el bien supremo de platón y la regresión al útero materno de neo. Existencialismo puro y duro.
Su protagonista, un aprendiz de aspirante a escritor llamado josé, se empeña en soltarnos un discurso con forma de narración desquiciada, que resulta repetitivo, previsible, demasiado largo, demasiado insulso y que lo único que demuestra es que el único "objeto" perdido que nadie parece haber devuelto a la oficina es algo de talento, aunque también es verdad que iba a ser dificil que se perdiera algo que, posiblemente, nunca existió.
En realidad la acción de este blog es lo de menos, al autor no le importa el "qué", sino el "como". Un como que se traduce en un forzado discurso que pretende ser directo, desenfadado y gracioso pero que de principio a fin, y a veces de un modo exasperante, acaba convertido en algo farragoso que no aporta nada nuevo y que se enreda continuamente en cansinas retóricas.
El resultado acaba con los nervios del lector más paciente.
Y es que ser lector de blogs en los tiempos que corren no es nada, pero que nada fácil.
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