El telendro vs. Dirson o perdón...¿ decía usted?
Por mera higiene mental no cuestiono yo los gozosos datos que tan amablemente se empeñan en mandar algunos interlocutores, (siempre en un cargante tono de
peloteado suave cuando quieren "algo"), para contar sus infortunios en el mundo de los blogs, con la habitual sobredosis de palabrería y el abuso de las siempre tan subjetivas
grandes verdades.
Resulta que una de las
bitácoras más surrealista, absurda, inconsistente y retorcida que pululan por este, que lo es, vanidoso hasta la extenuación
micromundo blog, una bitácora creada con el único fin de hacerse notar en los buscadores, (especialmente en "
el buscador") mediante la singular idea de inventar una palabra "fantasma" y mercadear con la misma jaleando al personal para que la "
escriba" hasta la extenuación y así su
"inventor" pueda gozar de los privilegios de esa droga irresistible que parece ser la "
fama", anda jodido, convaleciente y
bastante harto de que otros
no hablen de él como se merece.
Entre esos "otros", (anda tú que yo no puedo) que de forma tan torticera tienen harto a su colega de pompa y circunstancia, están unos
habituales avispados, tan ansiosos de salir en los papeles como su
colega de turno, y a los que no se les ha ocurrido otra cosa que, en un extremo ejercicio de narcisismo ególatra, de la forma más descarada y con la farisaica disculpa de usar dicho blog para publicar noticias que se relacionen con él, reunir todas las informaciones que tienen que ver con el nombre del famoso buscador.
Algo que evidentemente no estaría mal sino fuera por la "pequeña" costumbre que tienen estos amables
recopiladores, de intentar hacer pasar como propias las "noticias" que otros ya han contado, a pesar de, como es
fácilmente demostrable, en una inmensa mayoría de las veces no son más que recopilaciones de otras webs, webs a las que "casualmente" se les suele olvidar citar si considera que pueden ser "promoción" de la competencia.
El enfrentamiento entre este tipo de blogs, por los curiosos y envanecidos perfiles de sus protagonistas, no deja de tener su puntito. Al fin y al cabo, los que siempre encuentran excusas morales para andar "
bombardeando" a los demás suelen ser los que peor asimilan que también puedan ser ellos los "
agredidos" y las pataletas, enarbolando sagradas directrices de la ética y la decencia de quien las suele ignorar sistematicamente, siempre resultan entretenidas.
Más o menos como aquel hijo que después de matar al padre se empeñaba en convencer al juez para que tuviera piedad de él y le rebajara la condena por ser huérfano.