Alter ego o "¿entiendes, fabio, lo que voy diciendo?"

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Cuando prevalece la idea de que hay que dar espectáculo al precio que sea, lo mejor es llamar la atención con lo primero que tengamos a mano.

El resultado suele ser decepcionante en el conjunto y hasta cómico en el detalle.

Para destacar sin un mínimo de talento o de originalidad, basta con ser más radicales que nadie, y eso significa dar rienda suelta a cualquier propuesta que resulte epatante, llamativa o provocadora, independientemente de que el resultado sean unas chapuceras incoherencias sin el más mínimo sentido y que encima, pretende hacer pasar como "inspiraciones poéticas".

Este blog no es sino una muestra representativa, otra más, de la invasión de esas "fast-bitácoras" que empiezan a embestirnos, sucedáneos de pura improvisación, tan efímeros como absurdos y con una legión de admiradores a los que les vendría como anillo al dedo aquel soneto de lope de vega:

Cediendo a mi descrédito anhelante,
la mesticia que tengo me defrauda,
y aunque el favor lacónico me aplauda,
preces indico al celestial turbante.

Ostento al móvil un mentido atlante,
húrtome al late en la corriente rauda,
y al candor de mi sol, eclipsa en cauda,
ajando voy mi vida naufragante.

Afecto aplauso de mi intenso agravio,
en mi valor brillante, aunque tremendo,
libando intercalar gémido labio.

¿Entiendes, fabio, lo que voy diciendo?
-Y cómo si lo entiendo. -!Mientes, fabio;
que soy yo quien lo digo y no lo entiendo!