Avellana, un blog literario o
metapoesía: ese rayo cegador que no cesa
Lo confieso, hay dos cosas de las que soy un adicto sin remedio: las
fajas pantalón que me recogen las lorzas hasta ponérmelas debajo de la barbilla, y esos blogs rebosantes de
metapoesía escritos al olor del pegamento.
¿Qué es la
metapoesía?, pues la misma palabra lo dice,
metapoesía es
metavolar por la
metamodernidad metapoética componiendo
metapoemas metaoriginales en los que se pueda ver
"florecer cada febrero un alcornoque que vive en un ciruelo", descubrir que los "
trozos descuidados de cesped no son más que eras con arbolillos..", y hasta desvelar esos secretos que han perdurado generación tras generación y que !por fin! van a dejar de ser tales,
avellana, en un gesto que le honra, no tiene el menor pudor en compartirlos: "
por la noche oscura brillan algunas estrellas".
Metapoesía no es pensar sino sentir
" .. ciruelo de los sueños, / hoy has florecido/ en mi recuerdo...",
metapoesía eres
tú.
Por eso, toparme de frente con este derroche de lirismo inteligente, con este genio irrepetible de la modernidad, con este impecable vomitador de sentimientos, está siendo una de las experiencias más apasionantes de mi vida, al menos desde ayer, última vez que se me fue la mano con el
licor43 y el
clamoxil, que mira que son malos los antibióticos cuando vas colocado de
prozac....buffff.
Un solo post me ha bastado para hacerme "
fans" (así, en plural), pero "
fans", "
fans", de este tan sublime como inconmensurable blog, un sólo post me ha bastado para venir corriendo a publicitarlo con la misma seguridad que lo haría la
rafaella carrá si tuviera (o tuviese) que anunciar el producto que usa para plancharse el pelo.
Pero cuidado, las cosas buenas, y no cabe la menor duda de que esta lo es en demasía, también tienen sus instrucciones de uso.
Algunas recomendaciones para novatos: conviene saborearla con una copita de alcohol en la mano (cualquier tipo de alcohol sirve, aunque a mí el de quemar me traspone un poquito), conviene sorber cada sentimiento que transmite con esa pasión que solemos poner cada vez que sale en la televisión el anuncio del
hemoal, conviene lamer cada línea como si estuviéramos apurando el último muerdo del último
tigretón de nuestra última vida (con lo poco que me gusta la fresa, cómo me gusta el colorante).
Es una bitácora para relajarse y disfrutar, para revolcarse con pasión en ella, para fundirse con esa arrebatada sensibilidad que desprende, la bitácora ideal, en fin, para que los
lelos ceporros como un servidor, que lo es, se den una capita de barniz culto, que siempre queda muy aparente, sin tener que leer mucho gracias a la brevedad en la mayoría de sus "
entradas", detalle este que después de leer tres líneas cualesquiera, nunca le podremos agradecer bastante a su autor