... desde que cualquier
ceporro se puede convertir en un héroe mediático, al más puro estilo de la artista antes llamada
tamara (lo de
"ambar" me niego a usarlo, me suena más a
asistenta técnica de barra americana) esto ya no es lo que era.
Así, a mi hirsutismo generalizado, a mi desbocada obesidad (¿tendrá algo que ver mi sobrepeso con esas generosas "
invitaciones", gastos pagados incluidos, que me llegan cada invierno para que asista a la "matanza"?) y a esa compulsiva manía de rascarme mis partes pudendas en público (detalle que está muy feo, lo sé, pero ni el
dermovaginil ha logrado quitarme) se me une ahora la de soportar el duro peso de la
"fama".
Desde el viernes pasado, nefasta fecha en la que por obra y gracia de un suplemento de (con toda razón) diabólico nombre me hice más famoso que la maleta de
missasturias, no he parado de tener accésit de agresividad incontenible, brotes de ansiedad, expectoraciones y hasta alguna que otra hiperventilación.
Sí, lo reconozco, me llamo
borjamari e hiperventilo (el primer paso ante un problema es reconocerlo que lo he leído yo en el
"diezmi"), hiperventilo, y mucho.
La causa me la comunicó esta mañana mi pisicoterapeuta: tengo trastornos.
Por eso pediría a todos los que leéis estas líneas, a todos los que me idolatráis, es decir, a todos, que no os toméis en serio nada de lo que por aquí aparezca escrito.
Por más imposible que parezca, y a pesar de la imagen de seriedad, eficacia, responsabilidad y buen hacer que a primera vista se desprende de este blog, nada de lo que por aquí aparece tiene mayor importancia ni, por supuesto, es algo que no pueda solucionarse con una buena mascarilla capilar (lo de las puntas abiertas es un problema que tengo que solucionar) de ignorancia.
La higiene mental de cualquier lector sensato debería estar enemistada con realizar el ejercicio masoquista de comprarse algo perpetrado por
agatharuizdelaprada o de leer a
borjamari.