(¯`·._)..|..<(+_Ãnà Kå®ëN ÿ Jø$ë LüΧ _+>..|..(¯`·._) o la silente (pero implacable) invasión de los
boboblogs rosa chicle
Vengo sufriendo desde hace algún tiempo ataques de una profunda debilidad. No tengo ya la pujanza y el vigor de mis años más jóvenes, y temo que, con el inminente fin de la historia, se acerca la hora fatídica de mi rendición: carezco de fuerza de voluntad para resistirme a las modas culturales, hojeo los suplementos de los periódicos en los bares, he ido alguna vez que otra por la filmoteca, llevo pana y cuellos vueltos de cuando en cuando, y creo estar abocado, más tarde que temprano, a verme con un libro de
paul virilio en las manos.
Pero confieso que nunca pensé que llegaría a tales extremos: he empezado a
"leer" "bitácoras" (sí, bi-tá-co-ras completas, con sus entradas ordenaditas por fechas, sus comentarios, sus contadores, sus enlaces, sus
trackbacks y hasta sus
meme-ces) del
msn,
¡Oh, amarga senectud!
Por eso quiero, antes de hundirme definitivamente en la corriente y ahogarme en citas de
baudrillard y
debord, dejar un testimonio de mi -cada vez menor- perplejidad ante ciertos fenómenos extraños que, sospecho, no son del tono ajenos al pensamiento posmoderno, dejando constancia con este
puroyduro "ejemplo", de esos
bogomilos de salón empeñados en cargarse sistemáticamente lo que el
micromundoblog tiene de serio para demostrar que tienen razón en que nada hay serio en el
micromundoblog.
Después de una breve visita a semejante engendro y salvado el primer (comprensible) impulso de arrojarse por la primera ventana (como hizo el propio
deleuze en un acto nunca lo bastante ponderado de coherencia) ya sólo me queda agachar la cabeza y abandonarme como un santón al giro inexorable de la rueda. No ha de durar esta desazón. Lo noto, me voy convirtiendo en columnista, como
acebes o
pepeblanco, y mi próximo
post bien podría ser una sagaz aproximación a la obra de los
hermanosálvarezquintero a la luz del psicoanálisis
lacaniano. Al tiempo.
Sólo una superstición del igualitarismo y la democracia en terrenos como el arte y el pensamiento puede provocar semejantes bodrios.
Y dicen que ya hay más de un millón...
¡Tengo miedo!