Gluón con leche o como dejar en evidencia la estupidez
Decía chapman cohen, desde su característico cinismo corrosivo, que los dioses eran cosas frágiles por que podían ser asesinados con cualquier atisbo de ciencia o con una mínima dosis de sentido común.
Ejemplos, a patadas.
A jan henrik schön le bastaron unos cuantos artículos "maquillados" sobre electrónica avanzada con hallazgos "inauditos", para ser considerado una rutilante estrella del tema hasta que alguien se dio cuenta de que todo era un invento del autor, invento en el que habían caído dos de las más prestigiosas revistas científicas.
En 1971 la revista national geographic llevó a su portada el descubrimiento de una tribu filipina que "vivía" en la edad de piedra y que, con visita de gina lollobrigida y libro record de ventas, fue presentada como paradigma de la inocencia y el paraíso perdido. Cuando marcos fue destituido se pudo comprobar que todo era un montaje de un ministro del gobierno filipino, elizalde, en busca de publicidad.. y de dinero.
En los años setenta empezaron a aparecer en el sur de inglaterra unos "círculos" que se fueron extendiendo por todo el mundo, dando origen a todo tipo de teorías que iban desde alienígenas inteligentes hasta toxinas gaseosas, pasando por corrientes geomagnéticas. En 1991, los supuestos extraterrestres resultaron ser un par de estafadores que dieron, previo pago de su importe, pelos y señales de como los habían perpetrado los "ultrasecretos" círculos.
La autopsia del "platillo volante" de roswell, la firma de dios de beringer, el fraude del hombre de piltdown.. y así se puede seguir hasta el infinito. Lo único que se necesita es tiempo, por más que se empeñen y al menos por ahora, nunca nos hemos encontrado con algún alienígena; y probablemente ellos tampoco nos han encontrado a nosotros.
Los avances de la ciencia son impresionantes y mucho más los son los mecanismos que existen para divulgarlos. Sin embargo, en pleno siglo XXI, sigue existiendo un respeto reverencial y sin reservas por lo que podíamos denominar la "credulidad", que no es más que un modo compasivo de llamar a la superstición.
Nosotros, venga a reírnos de los "antiguos" que escudriñaban el hígado de las ocas, pobrecitas ellas, para conocer su destino y, al mismo tiempo, nos fiamos a pies juntillas del primero que nos dice que determinado pedrusco -llámese "turquesa", "topacio", "amatista" o "jade", puede traernos buena o mala suerte cuando nos lo colgamos del cuello.
Nosotros, venga a reírnos del personal de la edad media que creía firmemente en la existencia de los unicornios y, luego, no ponemos en duda esa "leyenda urbana", que le dicen, según la cual existen cocodrilos albinos en las alcantarillas de las grandes ciudades porque hubo un señor que se trajo un cocodrilito del amazonas y cuando se cansó de él lo tiró por el inodoro. La bestia sobrevivió, buscó morada en las alcantarillas, se puso pálida porque no veía el sol ni de coña...
Nosotros, venga de reírnos de los pueblos más primitivos, que todavía tratan como a una reina a la hechicera de la tribu, y al mismo tiempo buscamos ávidamente el horóscopo elaborado por un tipo extraño con túnica de seda y pelo teñido a lo marylin...
Por eso cualquier medio que se proponga desenmascarar tanto fraude que usa y abusa de la herramienta de internet para propagarse debe de ser aplaudido. Es el caso de esta bitácora que se define, muy acertadamente, como dedicada a difundir el pensamiento racional para enterrar el "pensamiento" (¿?) mágico.
A pesar de lo "standard" de su "diseño" (una elegante manera como otra cualquiera de decir que es simplón a más no poder) gluónconleche no deja títere con cabeza sobre todos esos iluminados del más diverso pelaje que a estas alturas de la película se empeñan en convertirnos en crédulos pánfilos.
Los de antes, los de siempre y la nueva hornada, que, como demuestra en sus últimos post, los pícaros siempre están dispuestos a evolucionar con los tiempos. Basta cambiar el método para que la mentira pueda seguir funcionando.
Por eso debería de quedar constancia no sólo la existencia de blogs como éste sino de la reciente creación del "círculo escéptico" (muy recomendable), aunque el esfuerzo no sirva para mucho. Es clamar en el desierto: "examinen fragmentos de pseudociencia y encontrarán un manto de protección, un pulgar que chupar, unas faldas a las que agarrarse. Y, ¿qué ofrecemos nosotros a cambio? ¡Incertidumbre! ¡Inseguridad!" (isaac asimov).
Batalla perdida.
Decía chapman cohen, desde su característico cinismo corrosivo, que los dioses eran cosas frágiles por que podían ser asesinados con cualquier atisbo de ciencia o con una mínima dosis de sentido común.
Ejemplos, a patadas.
A jan henrik schön le bastaron unos cuantos artículos "maquillados" sobre electrónica avanzada con hallazgos "inauditos", para ser considerado una rutilante estrella del tema hasta que alguien se dio cuenta de que todo era un invento del autor, invento en el que habían caído dos de las más prestigiosas revistas científicas.
En 1971 la revista national geographic llevó a su portada el descubrimiento de una tribu filipina que "vivía" en la edad de piedra y que, con visita de gina lollobrigida y libro record de ventas, fue presentada como paradigma de la inocencia y el paraíso perdido. Cuando marcos fue destituido se pudo comprobar que todo era un montaje de un ministro del gobierno filipino, elizalde, en busca de publicidad.. y de dinero.
En los años setenta empezaron a aparecer en el sur de inglaterra unos "círculos" que se fueron extendiendo por todo el mundo, dando origen a todo tipo de teorías que iban desde alienígenas inteligentes hasta toxinas gaseosas, pasando por corrientes geomagnéticas. En 1991, los supuestos extraterrestres resultaron ser un par de estafadores que dieron, previo pago de su importe, pelos y señales de como los habían perpetrado los "ultrasecretos" círculos.
La autopsia del "platillo volante" de roswell, la firma de dios de beringer, el fraude del hombre de piltdown.. y así se puede seguir hasta el infinito. Lo único que se necesita es tiempo, por más que se empeñen y al menos por ahora, nunca nos hemos encontrado con algún alienígena; y probablemente ellos tampoco nos han encontrado a nosotros.
Los avances de la ciencia son impresionantes y mucho más los son los mecanismos que existen para divulgarlos. Sin embargo, en pleno siglo XXI, sigue existiendo un respeto reverencial y sin reservas por lo que podíamos denominar la "credulidad", que no es más que un modo compasivo de llamar a la superstición.
Nosotros, venga a reírnos de los "antiguos" que escudriñaban el hígado de las ocas, pobrecitas ellas, para conocer su destino y, al mismo tiempo, nos fiamos a pies juntillas del primero que nos dice que determinado pedrusco -llámese "turquesa", "topacio", "amatista" o "jade", puede traernos buena o mala suerte cuando nos lo colgamos del cuello.
Nosotros, venga a reírnos del personal de la edad media que creía firmemente en la existencia de los unicornios y, luego, no ponemos en duda esa "leyenda urbana", que le dicen, según la cual existen cocodrilos albinos en las alcantarillas de las grandes ciudades porque hubo un señor que se trajo un cocodrilito del amazonas y cuando se cansó de él lo tiró por el inodoro. La bestia sobrevivió, buscó morada en las alcantarillas, se puso pálida porque no veía el sol ni de coña...
Nosotros, venga de reírnos de los pueblos más primitivos, que todavía tratan como a una reina a la hechicera de la tribu, y al mismo tiempo buscamos ávidamente el horóscopo elaborado por un tipo extraño con túnica de seda y pelo teñido a lo marylin...
Por eso cualquier medio que se proponga desenmascarar tanto fraude que usa y abusa de la herramienta de internet para propagarse debe de ser aplaudido. Es el caso de esta bitácora que se define, muy acertadamente, como dedicada a difundir el pensamiento racional para enterrar el "pensamiento" (¿?) mágico.
A pesar de lo "standard" de su "diseño" (una elegante manera como otra cualquiera de decir que es simplón a más no poder) gluónconleche no deja títere con cabeza sobre todos esos iluminados del más diverso pelaje que a estas alturas de la película se empeñan en convertirnos en crédulos pánfilos.
Los de antes, los de siempre y la nueva hornada, que, como demuestra en sus últimos post, los pícaros siempre están dispuestos a evolucionar con los tiempos. Basta cambiar el método para que la mentira pueda seguir funcionando.
Por eso debería de quedar constancia no sólo la existencia de blogs como éste sino de la reciente creación del "círculo escéptico" (muy recomendable), aunque el esfuerzo no sirva para mucho. Es clamar en el desierto: "examinen fragmentos de pseudociencia y encontrarán un manto de protección, un pulgar que chupar, unas faldas a las que agarrarse. Y, ¿qué ofrecemos nosotros a cambio? ¡Incertidumbre! ¡Inseguridad!" (isaac asimov).
Batalla perdida.
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