Sopas de pescado y marisco o "sopas y sorber no puede ser"
Por mucho que aquellos que se han "auto-coronado" como "santones" en esta cosa de las bitácoras lo intenten (en una cansina promoción personal -día sí y día también- que no acaba de darles la "gloria" y los "honores" que creen merecer), hasta ahora nadie ha podido establecer una mínima definición sobre qué "es" o qué "no es" una bitácora.
Esta falta de límites consigue, (por suerte y muy a pesar de ellos) que el "descontrol" campe a sus anchas y lo mismo podamos llamar blog a una página dedicada a contar las excelencias de bojörk, que a una colección de fotografías de pies desnudos al amanecer.
Sin embargo hay quien va más hacia lo absurdo y bajo el, sin duda, llamativo y muy "descriptivo" nombre de "sopas de pescado y marisco" es capaz de "postear", sin el menor rubor, no sólo las habituales "recetas zapping", esas que buscadas en el google nos dan tresmilmillones de referencias (de las cuales dosmilnovecientasnoventaysietemillones vienen perfectamente detalladas con impresionantes e imprescindibles imágenes paso a paso del plato en cuestión) sino que, en un alarde de imaginación digno del veraniego becario impertinente en el periódico provincial, nos "sorprende" con algunas discretas (a la par que elegantes) propuestas de (la más) alta cocina internacional, una cocina elaborada con los habituales ingredientes al alcance de cualquier mortal que, huyendo de las sopas de sobre, puede encontrar en su frigorífico: tallarines udon, hojas de acelgas paksoi, (pero cuidado: que estén sueltas) wakame, dashi , miso rojo, augé (pero cuidado: que sea fresco), tallos de hierbalimón, (pero cuidado: sólo la parte blanca ¿eh?), o shhitake.
Todas ellas exquisiteces "soperas" de las que uno se suele encontrar envasadas en el carrefour de la esquina.
El resultado es una mamarrachada con formato de recetas de cocina tan absurdas como desubicadas. Puro relleno sin el menor interés y completamente prescindible.
Con su pan se las coma.
Por mucho que aquellos que se han "auto-coronado" como "santones" en esta cosa de las bitácoras lo intenten (en una cansina promoción personal -día sí y día también- que no acaba de darles la "gloria" y los "honores" que creen merecer), hasta ahora nadie ha podido establecer una mínima definición sobre qué "es" o qué "no es" una bitácora.
Esta falta de límites consigue, (por suerte y muy a pesar de ellos) que el "descontrol" campe a sus anchas y lo mismo podamos llamar blog a una página dedicada a contar las excelencias de bojörk, que a una colección de fotografías de pies desnudos al amanecer.
Sin embargo hay quien va más hacia lo absurdo y bajo el, sin duda, llamativo y muy "descriptivo" nombre de "sopas de pescado y marisco" es capaz de "postear", sin el menor rubor, no sólo las habituales "recetas zapping", esas que buscadas en el google nos dan tresmilmillones de referencias (de las cuales dosmilnovecientasnoventaysietemillones vienen perfectamente detalladas con impresionantes e imprescindibles imágenes paso a paso del plato en cuestión) sino que, en un alarde de imaginación digno del veraniego becario impertinente en el periódico provincial, nos "sorprende" con algunas discretas (a la par que elegantes) propuestas de (la más) alta cocina internacional, una cocina elaborada con los habituales ingredientes al alcance de cualquier mortal que, huyendo de las sopas de sobre, puede encontrar en su frigorífico: tallarines udon, hojas de acelgas paksoi, (pero cuidado: que estén sueltas) wakame, dashi , miso rojo, augé (pero cuidado: que sea fresco), tallos de hierbalimón, (pero cuidado: sólo la parte blanca ¿eh?), o shhitake.
Todas ellas exquisiteces "soperas" de las que uno se suele encontrar envasadas en el carrefour de la esquina.
El resultado es una mamarrachada con formato de recetas de cocina tan absurdas como desubicadas. Puro relleno sin el menor interés y completamente prescindible.
Con su pan se las coma.
Calificación:
