Abusemagazine o las bitácoras
estenopeicas también existen
El talento nunca debería ser juzgado en función de las ideas y mucho menos por la cantidad de veces que alguien tenga que ejercer de forzado (hipócrita) relaciones públicas.
Pero como éste es un micromundo en el que babear ante los tres o cuatro "
dioses" que por inspiración divina (y alguno hasta por méritos propios) controlan, bajo sesudas caretas de "
gurús go-gos" postmodernos, el cotarro de listas, conferencias, coloquios, entrevistas, ponencias, y/o similares, no ser bendecidos por ellos acaba condenándote, como mínimo, a la indiferencia.
Es el signo de los tiempos, como de forma eufemística lo definirían algunos sociólogos especializados en fenomenologías
kitsch y patologías
pseudoculturales. Una pena.
Por eso es todo un hallazgo encontrar, lejos de las habituales bitácoras-engrudos,
boboblogs engordados de forma artificial y elevados hasta la categoría de iconos por nuestros bienamados salvadores, algo tan reconfortante y a la vez tan inclasificable como
abusemagazine.
El blog de una revista, o la revista de un blog, o ambas cosas, o ninguna. Da igual, la combinación no es nueva, pero aquí suena más fresca, más lúcida, e incluso más festiva que nunca.
Imaginativos, arriesgados e innovadores, la mayoría de sus post (geniales los de
big corrosco.. y no es el único) tienen tanta energía que apabullan. Es verdad que entre tantos autores y tantos post, hay de todo (el último "meme" sobre el fondo del "
escritorio" es de una sandez indudable) pero en general sus historias, tiernas, mentoladas y agridulces, enmarcadas además en un buen trabajo plástico, hacen sudar y hacen pensar; y lo que es más difícil, te dejan con un buen sabor de boca. Un buen sabor de boca que anima a hincarle el diente más veces... y hasta añadir la dirección a "favoritos".
Lo suyo no es cocer individualidades sino enriquecer el conjunto. Y eso se llama talento.