El cuarto oscuro o el clasicismo bien entendido
Los buenos blogs fotográficos y aquellos cuya esencia es un buen texto tienen en común su uso equidistante del momento preciso, del equivoco, de la farsa; de la manipulación creativa de la puesta en escena (ya sea lumínica, sensorial o corporal), que provoca que su posterior registro sobre un pentagrama visual ejerza sobre nosotros la atracción fatal de lo efímero, dúctil o maleable, de aquello que no volveremos a ver nunca más, y que por lo tanto es la antítesis del incunable.
Es evidente que en este entarimado no se incluye a la "
foto-basura", el "
tetrabrick" iconográfico, los colorantes, conservantes y anabolizantes que engordan de forma artificial estéticas romas y sin aristas, así como los engrudos visuales de los "
estuca-negativos" de "
flickrs", "
flockrs", "
fotologs" y similares que proliferan como cambalaches y "
foto-cleenex" de usar y tirar mientras que los fotógrafos de pura raza se pudren de asco e incomprensión.
El
cuarto oscuro es otra cosa. Fotografía con mayúscula, imágenes enormemente elaboradas, llenas de símbolos, de plasmaciones surreales, de pantanosos tics visuales; A pesar de su machacona obsesión con algún tema concreto, algo que puede acabar convirtiendo el blog en monotemático, su descubrimiento será una verdadera "
gozada" para cualquier aficionado a la fotografía de verdad.