Nos vuelven a contar que...
... "esto no les va a gustar a muchos, posiblemente ni sean capaces de publicarlo los de borjamari, teniendo en cuenta que no creo que les guste tirar piedras contra su propio tejado.
Pero las cosas no son como nos quieren hacer pensar, o por lo menos no del todo.
La mayoría de los weblogs son unos verdaderos tostones, mediocres y reiterativos, penosos rollos que no le interesan más que al que los escribe y a unos extraños "amigos" que pasaban por allí, charletas de café algunas, de té con pastas otras, cuya única misión práctica ahora mismo es hacer de tontos útiles a esos "profesionales" del asunto que, con el fin de una descarada promoción personal, inflan la burbuja de falsas adulaciones y aparentes solidaridades para, sin salir nunca del laberinto no sea que los "pichones" descubran la verdad, sacar tajada.
Mal que les pese, los weblogs no son nada fuera de los que los mantienen. Aún así, y a pesar de que por ahora el único pastel a repartir es el del "ego", una pequeña minoría se han erigido como portavoces de un todo, elaborando pomposas mesas redondas, profundos debates metafísicos, interminables listas que no se creen ni ellos y hasta dando premios a diestro y siniestro, con la oculta intención, mientras mantienen los dedos cruzados, que algún periódico de provincias se haga eco del asunto, aunque para ello tengan que premiar aquel penoso weblog empeñado en hablar de lo bien que quedaría el rosa palo en la fuente de la plaza mayor del pueblo del periódico.
Lo importante es meter la cabeza, que hablen, lo de menos el medio para conseguirlo.
Los weblogs no llaman la atención de la mayoría de la gente porque son sencillamente malos en su conjunto, repletos de historias repetidas, pensando siempre en el que escribe y nunca en quien lo lee (eso sí, hay que decir que uno lo escribe solo para uno, forma parte del juego para justificar la incapacidad aunque todos sabemos que es mentira), engoladas, artificiales, vanidosas, pedantes y con un pretendido tono solemne hasta para decir "hola".
Fuera de la retroalimentación militante los weblogs no tienen éxito, y esto es así de fácil por mucho que nos quieran hacer creer lo contrario los autoerigidos comisarios de turno cuando se elogian y se jalean entre ellos con sus engendros de estadísticas maquilladas.
Por la cuenta que les tiene a ellos, claro.
Y la causa no es otra que los weblogs, salvo excepciones -que para eso toda regla tiene su excepción-, son malísimos, y a la mayoría de la gente no le interesa, ni tampoco está dispuesta, a perder el tiempo leyendo tonterías."