... cogemos lo que de toda la vida en cualquier periódico se llamó "articulo de opinión", le quitamos el "gotelé" de un título que ya no se lleva nada esta temporada otoño-invierno, lo rebautizamos con el mucho más acrílico rosa chicle de "blog" y ya estamos en la modernidad más internáutica.

Ahora resulta que las crónicas políticas de antoniojiménez son blog, que las arcaicas consignas, -siempre tan im-parciales-, de carlosesteban son blogs, o que los sensacionalistas titulares con los que intenta llamar la atención como sea joséluisgonzález, también son blog.

Logicamente serán ellos, convertidos de un plumazo en excelsos blogueros con calidad, rigor y credibilidad, los que se lleven el gato al agua en cuanto a recibir la atención que se merece este emergente fenómeno de la modernidad informativa que son las bitácoras.

Ha bastado con cambiar un "nombre" para que todos los presuntamente influyentes aspirantes a crear opinión, se conviertan de la noche a la mañana en pintorescas "presencias", de esas que aportan la nota de color alternativa en el más puro estilo presentador del informativo de madrugada en una televisión de barrio que, aunque evidentemente satisfaga la propia ego-cretinez ampliamente, apenas ve la madre del presentador y uno que pasaba por el canal el sábado por la tarde (que es cuando lo repiten por cuarta vez) haciendo zap-zap, zaping.

Miremos el lado bueno, por fin los "blogueros" empiezan a cobrar por publicar sus "post" (antes artículos) aunque sólo sea por haber pasado de añejos "columnistas" a hacerlo como flamantes "pis-modernos" bitacoreros.

Un pequeño detalle que no puede enturbiar la gran noticia: por fin hay gente que tiene un blog y cobra por escribirlo.

Y eso es lo importante.. ¿o no?