"Blogs o el riesgo de morir de éxito"

Los blogs son algo que los ciudadanos que no practican el arte/técnica/adicción de Internet ignoran totalmente, para desdicha o felicidad suya. Sí que habrán observado, incluso los más alérgicos al ciberespacio, que cada día hablamos más de ellos en las páginas y las ondas de los medios más tradicionales. Para ellos resumimos lo que es un blog, contracción de weblog, o cuaderno de bitácora en Internet. (Hay que ver la capacidad de concisión que tiene la lengua inglesa...). Menos pomposamente, el blog es el cuadernillo de notas o el diario que una persona (a veces, un grupo) mantiene y que, gracias al milagro de esta tecnología, está inmediatamente a disposición de millones y millones de lectores potenciales en todo el mundo.

Nada como los blogs ha ilustrado el poder inmensamente democrático de Internet: no cuestan casi nada y su audiencia puede ser gigantesca. Cada ciudadano puede producir unas páginas de aspecto profesional en la Red: su propio New York Times. Y unos cuantos logran justamente eso que parecía imposible: sin apenas gastos, compiten con The New York Times.

Muchos estudiosos consideran que ese periodismo popular hijo de esta tecnología revolucionaria acabará con las demás formas de periodismo y liberará a la sociedad. Quizá. Pero estos últimos días, en medio de una oleada de noticias polémicas en España y en el mundo, el panorama de los blogs le causa a uno más angustia que esperanza. La apertura -crucial para su éxito- a las opiniones de cualquiera que quiera comentar lo que propone el bloguero de turno da lugar a unos cruces brutales de insultos y barbaridades sobre el Estatuto catalán, o el boicoteo al cava, o la muerte de Haro Tecglen... una cacofonía hirsuta y terrible que muchas veces los propios propietarios de los blogs alimentan con su extremismo, su atolondramiento o su mendacidad.

En Estados Unidos causa cada vez más inquietud la mezcla de verdad y mentira, de información y desinformación en los blogs, sin que ningún reglamento ni autorregulación permita distinguir los solventes de los insolventes... y de los delincuentes. Hace días, el suicidio de un estudiante de la Universidad de Oklahoma provocó una oleada de pseudonoticias alarmistas en la Red sobre una conspiración terrorista que la Policía ha podido a duras penas desmentir. ¿Cómo defenderse de todo ello? En el futuro será un tema primordial.

Victor de la Serna. Sección "Hojeando / Zapeando". Diario "El Mundo"; martes 8 de noviembre de 2005

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