Espero que a la llegada de ésta te encuentres bien. Yo, bien, a dios gracias. Te escribo estas cuatro líneas para felicitarte; cinco años cumples ya, cinco años hace que pariste blogpocket, y aunque yo no pude estar presente entonces por una tonta cuestión de incorporeidad, lo cierto es que tu espíritu y el de este entrañable blog, tan clásico y tan sabio, al tiempo que tan joven y vanguardista, ese espíritu decía, cálido y subyugante, forma parte de mis primeros recuerdos de vida cibernética del mismo modo que mis intensas y copiosas fugas renales de lactante cebadito.
Fue contigo, antonio, maestro, cuando empecé a notar que los embelesadores bytes de un mundo virtual me observaban callados (y orinados) desde el fondo de mi cunita, creando un efecto hipnótico en mí e inoculando el germen de las bitácoras en lo más enfermo y profundo de mi pelona cabeza; esa misma cabeza que un día adquiría proporciones cercanas a las de un melón de huerta y se convertiría, gracias en parte a tu influencia, dilecto avúnculo, en un desquiciado armatoste de escupir sandeces.
Un blog, el tuyo antonio, maestro, ya legendario, que ha sabido adecuarse en todo momento a los cambios de su tiempo, y que se ha granjeado la fidelidad de un ingente número de lectores exquisitos.
Es más, tras una concienzuda investigación de los adelantos técnicos más modernos que ahora mismo se están desarrollando (he llegado a espiar algunos archivos de la nasa -no te digo más-), y un par de llamadas al número de aramísfuster, me veo en condiciones de predecir, con un ridículo porcentaje de rigor, que no sólo tienes cuerda para rato, si no que blogpocket está siendo uno de los blogs elegidos para experimentar un revolucionario ingenio del futuro: una tarjeta que contendrá todas las entradas de todas las bitácoras grabadas en un microcircuito. Solo habrá que enchufarlo al cerebro a través de una fina abertura craneal (que, al parecer, a partir del 2015, se les practicará sistemáticamente a todos los recién nacidos) para que el chip vomite el contenido de todos los blogs al lóbulo cerebral programado. Los blogs son el futuro.
En fin antonio, maestro, ya ves, se nos avecinan épocas mucho más distendidas y estéticamente más favorecedoras que las actuales, pero sobre todo más cambiantes. Lo que sin duda no cambiará nunca, antonio de mis entrañas, es el amor incondicional que te profeso. Pero no quiero ponerme baboso, así que se despide ya tu ferviente admirador, que te promete estar tan unido a ti como el bochorno, la desfachatez y el asco a cualquier edición de granhermano.
Como le decía robert ryan a joan fontaine cuando en "nacida para el mal" se despedía de ella: "Te quiero. Lástima que no me gustes".