Caricaturas y blogs: otra oportunidad perdida

Intento comprender a los espíritus militantemente religiosos, o incluso fundamentalistas, que se acercan con infinito arrobo y veneración a la meca, el vaticano, jerusalén, el tíbet o el taj mahal , aunque mi mitomanía y mis drogas tengan poco que ver con ellos. Aún así, no entiendo la inenarrable (la calificación es piadosa) película que se ha montado por la publicación de unas caricaturas, aunque comprendo que la lucidez haya aconsejado a los medios tradicionales, (los criterios fenicios mandan) no echar más leña al fuego.

Pero pasmado me he quedado ante el grotesco onanismo mental de vocación meapílica con el que la mayoría de los blogs, teóricamente baluartes de la libertad de expresión aunque sólo sea por no tener que estar supeditados más que a las opiniones de sus autores, han desplegado ante el gallinero soez, agresivo e hirviente que se han montado.

Uno no sabe si reírse o encabronarse ante el distinto rasero con el que los medios de comunicación tradicionales han abordado la situación. Pero es comprensible, el instinto de supervivencia es fuerte. Sin embargo esperaba otra cosa de los blogs. Algo distinto que seguir la estela de aguado punto de morreo y de mirar para otro lado cada vez que los intolerantes medievos exigen pena de muerte para el vecino que no piensa como tú. Una violencia que (sus líderes conocen perfectamente) es la mejor herramienta que tienen para imponer su pensamiento único. Lo decía savater en unas palabras tan estremecedoras como veraces: "la violencia no es inútil, es utilísima, porque gracias a ella las voces disidentes se van callando, los que se oponían a una determinada legislación terminan cerrando el pico y debido a ello sale adelante cualquier infamia".

El tema me supera y me repele. ¡Qué pena de blogs! Al menos que quede alguna muestra, más testimonial que rigurosa, de quien aún resiste al fanatismo.

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