Boboblogs
Yo te enlazo, tu me enlazas, el me enlaza.
Yo te comento, tu me comentas, el me comenta.
Y de ahí no salimos.
Somos pequeñas esferas dentro de la blogocosa. Como canicas dentro de un gran balón llamado blogosfera. Pequeñas comunidades de egocentrismo dentro de esta especie de telaraña que es la red. Pequeñas “familias” electrónicas. Clanes, tribus, manadas... Llámalo como quieras.
Formamos comunidades. Pequeñas islas donde nos sentimos a gusto. Yo te leo a ti, tu me lees a mi, nosotros leemos a el y el nos lee a nosotros. Adoptamos roles que no tenemos en el mundo real. Nos reímos de nuestros propios chistes, fingimos que nos afectan nuestras pequeñas desgracias.
Pequeños círculos viciosos donde todos retroalimentamos nuestros magníficos egos.
Escribimos para demostrar a alguien, aunque sea a uno mismo, que somos diferentes. Que no nos hemos dejado aborregar por las modas. Intentamos demostrar que somos unos inconformistas, que somos diferentes al resto de gente, que tenemos cerebro y lo usamos. Pero hemos caído en nuestra propia trampa. Al hacerlo, nos damos cuenta que no somos diferentes al resto de los humanos. No somos más listos. No tenemos más cultura. No tenemos mejor gusto. No somos más guapos. No meamos más lejos. No somos nadie.
Escribimos nuestras tonterías pensando que podemos influir a alguien, pero no es así.
Y nos frustramos debido a nuestra falta de genio. Nos incomoda saber que no somos más que mediocridades. No somos escritores. No aportaremos nada a nadie. No dejaremos huellas que marquen nuestro paso por la historia.
Con un poco de suerte, lo único que dejaremos, serán nuestros genes a la siguiente generación.
Y ruido, mucho ruido.
Por suerte, siempre hay alguna que otra excepción.
PD:
A mi me pica y esta es mi forma de rascarme. Si lo que has leído aquí arriba te pica...
ya sabes...
Por: jota
Borjamari