En este
micromundo de los blogs los grandes beneficiados con la incorporación, cada vez más masiva, de la gente de "
a pie" a esto de
la internet, serán, están siendo ya, los diarios personales.
La razón es simple, hasta ahora las bitácoras clasificadas como "
tecnológicas" se llevaban el gato al agua, la mayoría de los internautas provenían de un sector "
técnico" y buscaban temas de su interés, era lógico pues que estas fueran las más demandadas.
Pero con la popularización, especialmente en los
entornos laborales no relacionados directamente con asuntos informáticos, del uso de internet, la demanda para leer algo que simplemente entretenga, no deja de crecer.
Los diarios personales, tan ignorados cuando no despreciados sistemáticamente por nuestros grandes guias
blogespirituales desde su
olimpo (siempre más preocupados de una posible atención mediática que de otra cosa) empiezan a destacar; Sin hacer mucho ruido y mediante el boca a boca, algunos de ellos van alcanzando un nivel de visitas y de popularidad bastante aceptable.. y lo que les queda.
Su mayor problema es, sin duda, la escasa calidad de la mayoría. Encontrar entre los miles existentes unos pocos que, además de no resultar irritantes y absurdos, se mantengan más de unas semanas actualizados, es una labor de titanes. Pero sería tonto e irreal identificar exclusivamente los diarios personales con
boboblogs escritos por mentes
preadolescentes abarrotados de textos
infantiloides. Son la aplastante mayoría, es verdad, pero buscando un poco se pueden encontrar blogs "personales" muy dignos que, mediante unos textos originales y una constancia digna de elogio, se han hecho con un amplio número de lectores fieles y que no dejan de crecer día a día.
Sin embargo algo está pasando. En forma de goteo lento pero constante, algunos de los "
históricos" están abandonado un barco. Y en la mayoría de los casos con bastante mal sabor de boca. Tiene cierta lógica que
almu abandone el suyo por cuestiones laborales, (aunque debería de replanteárselo: el número de lectores habituales de su bitácora supera, a buen seguro, el de
su "programa" -algo bastante fácil de conseguir, también es verdad), pero que
ardelia lleve mes y pico sin subir nada, que la
chicaconfaldaroja se despida
(¿?) del suyo o que
laceci eche el cierre con una irónica esquela "
por fin he entendido las normas de la blogosfera" (por cierto unas normas muy "
recomendables" para sobrevivir en semejante jungla), no puede ser sólo una casualidad.
Son una pequeña muestra (aunque muy significativa dada su
relativa popularidad) pero hay muchos más. Y es una pena. Los diarios personales, los buenos diarios personales, cumplen su función supliendo el
marketing periodístico y la
retroalimentación del ombligo por su ingenio, captando a todos esos nuevos "navegantes", lectores que cuando oyen "
meneamé" todavía piensan en un placer lúbrico, lectores que jamás entrarían en un blog para interesarse por las últimas tendencias
geek, o discutir sobre imposibles listas de los
másdelosmás (confeccionadas según la cantidad de babas que el "
afortunado" vierta delante del autor). Pero unos lectores que también compran cosas, productos mucho más "
habituales" y de una forma bastante menos "
exquisita" que los "
resabiados tecnólogicos" de turno. Aunque claro, esto último ¿a quién le interesa? ¿verdad?