Blog sevilla: o cómo las bitácoras pueden llegar a cumplir la función social de hacer que cualquier aspirante político frustrado (y valga la redundancia) se pueda sentir importante desplegando su más que repetitiva demagogia mitinera
No nos descubre nada nuevo; sólo los felices habitantes del limbo ignoran que los "sagrados" medios de comunicación tienen detrás (en el medio y por delante), grupos de poder y dueños, y consecuentemente defienden sus intereses, legítimos o bastardos, hasta límites abusivos.
Además, es de lo más humano buscar refugio, fuerza, solidaridad e identificación en opiniones y editoriales que se acerquen a lo que pensamos o sentimos.
Hasta aquí normal, pero perder los papeles de la forma en que lo hace este
blog-libelo a costa de deformar la realidad, de admitir exclusivamente que las cosas son blancas o negras y de jugar a la borreguil estrategia de establecer "buenos" y "malos", produce, cuanto menos, sonrojo.
Su impunidad a la hora de vocear consignas, su asfixiante ortodoxia, su desprecio hacia los matices y su desvergonzante sectarismo a la hora de opinar sobre algo tan complejo como es la realidad, convierte a esta patética bitácora en un bochornoso ejercicio de simpleza absoluta.
No logré pasar de la primera pantalla, lo reconozco, eso de empeñarse en vender la moto convenciéndome de que sólo puedes optar entre la encarnación terrenal que han adoptado
dios o
satanás, no va con mis habituales masturbaciones mentales siempre tan a la defensiva ante esta hornada de nuevos "iluminados" que hablan en plural y proclaman "la" verdad absoluta.
Me estaré volviendo viejo.