Con pasto en la lengua de agua: o cómo (intentar) ser trascendente con la nada
Durante una
bienal de venecia, unos trabajadores que no pudieron acabar a tiempo sus chapuzas de última hora, dejaron en un rincón de la exposición algunos materiales amontonados, ladrillos, sacos de mezcla, cemento; a las pocas horas, unos diligentes bedeles rodearon la "
obra" con unas cuerdas creyendo que formaba parte del trabajo expuesto, mientras el público pasaba por delante rindiendo admiración a la genialidad de quien había sido capaz de crear esa "
maravilla". Si estaba "
expuesta" en una sala de "
prestigio" tenía que ser, obligatoriamente, una obra de arte.
Las personas que somos excesivamente primarias y no acabamos de entender ni aplaudir esa "
poesía abstracta" solemos estar casi siempre bajo sospecha de ese grupo de "
creadores" que, a falta de talento, defienden sus obras con el argumento de que no comprendemos su "vanguardia", de la misma manera que no comprenderíamos, por ejemplo, a
miró; algunos se comparan con los genios con una facilidad pasmosa. Y sin anestesia.
Siguiendo al pie de la letra las señas de identidad que identifican a lo que muchos denominan "
bitácoras personales", los posts del
boboblog "
conpastoenlalenguadeagua" (!tooooomaaaaa título zarzuelero!) reproducen, con una precisión casi clónica, esa engorrosa manera que tienen los aspirantes a poetas de gritar a los cuatro vientos su fascinación por cualquier cosa que se mueva. Y cuanto más ininteligible, mejor "..
Ruedas que comen a los muertos / y vomitan sal. / Listones rutas danzan tiempos / mientras abren mar. / Y sonaron acordes y arpegios ondulantes". Y alguno hasta se lo creerá. Los caminos del autoengaño son inexcrutables.
Desde luego la pedantería salió antes de la caja de
pandora que la esperanza, y algunos se empaparon de ella hasta no poder más para hacer gala de la misma en cuando se ponen a describir, en plan metafísico trascendental y a través de inacabables -por soporíferos- post, sus elucubraciones mentales.