Nos cuentan que...
... entre los millones de bitácoras creadas cada minuto -de vez en cuando se me hincha la vena andaluza de la exageración- destacan, por aquello de unas elecciones en cartera, aquellas creadas por los aspirantes a políticos (¿hará falta algún módulo de f.p. -colegiación obligatoria incluida- para serlo?) de todo pelaje y de toda condición. Desde los señoritingos diestros en serrallos, hasta los que presumiendo de descamisados se hicieron buena ropa a costa del poder -y a costa nuestra- se han apuntado a la moda como alma que lleva el diablo. Al menos hasta el día 28.
Vista la explosión dejé otros, de menos compromiso, para leerlos, y me alegro, porque han sido muchas las cosas que aprendí acerca de estas materias. Muchas cosas... pero una sola conclusión: todos son iguales. No es la menor de las sorpresas que un servidor se lleva esta de advertir las coincidencias y de comprobar la persistencia de rasgos, que, por su invariabilidad, llegaríamos a tener por permanentes y sustanciales, si no supiésemos cuándo, dónde y por quién se engendraron.
Los políticos en campaña han descubierto los blogs y se han soltado el pelo. Lo que habría que preguntarse es si estos efímeros plumíferos saben la mala imagen que dan en ellos. Y no me refiero al aspecto "político" del contenido, sino principalmente a la malísima prosa, a la ligereza y facilidad para el insulto y el improperio, a la inclinación por lo soez, al desconocimiento de las ideas que se defienden y a sus interpretaciones caprichosas, en una palabra, a la abundante muestras de incultura y falta de sindéresis de que dan muestra.
Se ve que nuestros queridos aspirantes a gobernar no tienen, al menos fabricando bitácoras, nada que envidiar a las hordas de histéricas preadolescentes garabateando la última vez que se levantaron a mear. Ellos también adolecen de la misma falta de seriedad y no parece importarle tanto el asentamiento del formato blog como dar rienda suelta a su afición al grito.
Menos mal que tienen fecha de caducidad. ¿Alguna muestra? Den una patada.