Nos cuentan que...
... opinar sin mentir mucho sobre alguien "cercano" debe ser uno de los tormentos más crueles que se han podido inventar para la persona mental y sexualmente sana. Cierto es que hay morbosos que disfrutan como locos, pero para mí el problema comienza al tener que refrendar gustos y opiniones con los que no comulgaría ni aunque me pagasen.
Una opinión de este tipo, además, es una trampa para el opinador, porque ¿cómo podría atreverme yo a poner mal a nuestro emprendedor, dinámico y hacendoso (tan modestamente autodefinido como "profesor universitario, conferenciante y blogger") después de lo amabilísimo que ha estado conmigo las (tantas) veces en que nos hemos metido mutuamente esos chutes de insulina contándonos lo guapos, listos, limpios e importantes que somos -ambos dos- al haber marcado un antes y un después en la historia del periodismo español? Cierto es que (al menos por sus partes) sin asociar cara y nombre borjamariano. (No quiero ventajas en ese tema y aprovecho para decirte querido joseluis -ahora que no nos oye nadie-, que yo era el que el otro día no dejaba de rascarse la parte interna del gluteo. ¿ A qué ya me situas?)
A lo que iba que me disperso. Paso de opinar malamente del trabajo de alguien así, ¡dios me libre de meterme con una de las escasas starlettes del bloguerio patrio que se ha tomado la molestia de tomarse en serio semejante guirigay! Por eso, casi mejor lo dejamos en el simple aviso del rediseño, mudanza y remozado (no, no es una anunció de ikea) de la web de blogs que tan abandonada tenía mi amantísimo joseluis, y destacar, por inverosímil, su optimismo al desear pretender aspirar a intentar ordenar, siquiera minimamente, el macrocaos en que se ha convertido el microcosmos bitacorero.
Luego hablan de los siete trabajos de hércules. A éste le quería yo ver haciendo lo que a nuestro emprendedor, dinámico y hacendoso (tan modestamente autodefinido como "profesor universitario, conferenciante y blogger") pretende. Suerte maestro, pero que sepa que esto no es renault ocasión.