Librillo de apuntes de Ramón Buenaventura: una bitácora de cabecera.

La necesidad de condensación es un grave aprieto para cualquier autor que se dedique a navegar por internet e intente, después, atreverse a recomendar grano y no paja. Esta es la tarea a la que se ha puesto ramón buenaventura. Se ha puesto con magnífico y juvenil entusiasmo. Y lleva a ella –íntegramente- sus dotes de poeta –de creador- y de crítico.

Llega ramón buenaventura a la tarea con una experiencia previa que pocos recopiladores -mucho más “reconocidos”- tienen. Y resulta, además, que este intuitivo, este poeta, tiene una inteligencia organizada de un modo riguroso. Y se nota.

Asombra su capacidad de análisis. La primera novedad nos la ofrece el estilo. El estilo del "navegante investigador" suele ser, por nuestras culpas, el de una carreta que fuera a barquinazos por una cuesta mal empedrada. Y este blog, este librillo de apuntes, está escrito en un estilo muy personal, suave, sedeño, sentencioso, reposado con una especie de grave ternura que le anda dentro, que le enardece por dentro. Es la misma mano de prosista que cada semana escribe su rincón azul entre modelos anorexicas y anuncios de cereales con fibra. Estilo, ahora, con un gran poder de síntesis: concentra el autor en apretada fórmula un concepto que cubre dilatada perspectiva. Y es capaz de hacerlo sin despeinarse. Fallará (¡y cómo) el feismo de su horroroso diseño, pero el fondo es impecable.

Sí, ya sé a cuántos molestan estos análisis que consideran empequeñecedores: molestan a todos los perezosos, molestan a todas las inteligencias fungáceas (¡tan abundantes!) molestan a todos los que no quieren enterarse de que, en este tipo de blogs, no se trata de suplantar la intuición del lector ni la del crítico, sino de buscar un conocimiento practico, ni superior ni inferior a los lectores y críticos, pero sí esencialmente distintos del de éstos.

El que analiza, no por analizar ha de perder el sentido total de la obra: ramón buenaventura, en su implacable penetración, jamás depone su intuición vehemente como un todo; jamás pierde sus capacidades expresivas de crítico.

Y ya está bien. Estamos ante una gran blog: nítido como pocos, exacto como recopilatorio; vehemente y hondo, con pasión y entraña de poesía. Una bitácora, en fin, imprescindible. Algo que, hablando de blogs, parece todo un milagro.

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