La parafernalia que van acumulando aquellas bitácoras que son solo leídas por los amiguetes del autor -y algún despistado que quería haber pinchado en el banner de
alargadores de pene pero se le fue el dedo-, conforman una estética de pseudoautosatisfacción puramente "trash" fácilmente reconocible.
Pero
rojo ingяávido° supera a todas las de su estilo. Si hay algo que distingue este
weblog de las demás
tipo-autocomplacientes, es su tendencia, diríase que natural, a la divinidad. Cada post, de insufrible estética
pis-moderna, parece fabricado para ello, frío, cínico, indolente, siempre más allá de cualquier juicio, más allá de ese mundo que ella considera
tannnnn vulgar. Cada post hay que tomárselo como si te hiciera el favor de regalarte sus palabras. Como si lo único que pudiera contestarte fuera eso de "
no me interesa nada lo que me preguntas y me aburre responderte, yo soy.. otra cosa"
Solo el nombre -absurda forma de intentar parecer original- ya se presta a un puñado de chistes fáciles a pesar de ser coreado y celebrado por sus prosélitos como un raro exotismo, esos mismos que aplauden cada
post leyendo, no entre líneas, sino entre simplezas, que es casi lo único que deja ver entre sus absurdas e inconsecuentes palabras.
Quizá llamar
bitácora a esta cosa agotadora y ruidosa sea poco menos que blasfemar contra un género que debería exigir un mínimo de inteligencia, pero ya se sabe que en esto de las definiciones se suelen dar por buenas todas las licencias que se les ocurran a los que manejan el tinglado.. o a los amiguitos de turno que no suelen leer nada más que la firma. Eso será, posiblemente, lo que explique que esta
bitácora tenga algún lector.